¿Quién dijo que era necesario salir de casa para encontrar el amor? Una divertida y entrañable comedia romántica. ¿Quién es el hombre que vive en el ático de la calle Cortázar, y por qué nunca se deja ver? Esa es la pregunta que atormenta a la comunidad de vecinos del edificio 13. Incluida a Matty, que aunque no vive allí, conoce la leyenda de Julian Bale y siempre lanza una mirada curiosa a su ático desierto. Un anuncio en el tablón del bloque de pisos se presentará como la oportunidad perfecta para resolver el misterio. Solo ella se atreverá a adentrarse en la guarida del lobo, llevándose una sorpresa cuando descubra a alguien muy distinto a lo que imaginaba.
Ele lo ha hecho de nuevo, me ha maravillado con esta novela. En este libro nos cuenta no sólo la parte romántica de Matilda y Julian (cuya pronunciación en realidad es yulien) y los vaivenes que ocurren en su relación sino también el pasado de ambos personajes. Explora dos situaciones distintas y cómo dos personas pueden afrontar los problemas desde distintos puntos de vista. En el libro considero que se hace una crítica a lo prejuiciosos que podemos llegar a ser y como nos encanta juzgar la situación del otro sin tener idea de su vida y lo que llevó a esa persona a tal punto de encierro como fue el caso de Julian. Nos muestra la otra cara en situaciones cotidianas y de personas que creemos que son buenas porque es lo que percibimos desde afuera, pero a puertas cerradas las cosas dejan de ser como esperamos que sean. Narra situaciones delicadas de una manera que te llega el mensaje, te duele y te indigna a partes iguales. Hay situaciones inesperadas que te llega el sentir de los personajes y te indigna saber qué les pasó y qué les pasa actualmente. Además de las situaciones de dolor y drama considero que es definitivamente el libro correcto para leer en febrero, tiene la dosis justa de romance que te saca sonrisas bobas y risitas mezcladas con suspiros de ilusión. Me hizo lagrimear unas cuántas veces por esa conexión que sentí con los personajes y de paso la manera de escribir de la autora siempre me hace llegar todo lo que quiera transmitir o al menos lo que yo interpreto. Todo lo que Eleanor Rigby escriba me llega al corazón.