Una apasionante epopeya que es a la vez un canto a uno de los pueblos más singulares del mundo. Los tuareg constituyen un pueblo altivo cuyo código moral difiere del de los árabes. Auténticos hijos del desierto, los tuareg no tienen rival en cuanto a sobrevivir en las condiciones más adversas. El noble inmouchar Gacel Sayah, protagonista de esta novela, es amo absoluto de una infinita extensión de desierto. Cierto día llegan al campamento dos fugitivos procedentes del norte, y el inmouchar, fiel a las multiseculares y sagradas leyes de la hospitalidad, los acoge. Sin embargo, Gacel ignora que esas mismas leyes le arrastrarán a una aventura mortal...
La moral es una cuestión de costumbres y nunca debemos juzgar, según nuestro criterio, los actos de aquellos que tienen, por sus costumbres ancestrales, una visión y un criterio distinto de la vida.
Acababa de descubrir que, si amarga resultaba la injusticia, igualmente amargo resultaba tratar de corregirla.
Solo el cobarde se enfrenta a quien sabe más débil que él, porque la victoria jamás le ennoblecerá. Y solo el estúpido lucha con su igual, porque en ese caso tan solo un golpe de suerte decidirá la batalla.
Mientras no estéis capacitados para adaptarlo todo, lo mejor sería que respetarais lo que ya existe. Es estúpido destruir sin haber construido antes.
no resulta tan fácil luchar contra la corrupción,porque, a poco esfuerzo que hagamos, podemos convertirnos también en corrompidos.