Beatriz de Portugal—hija de Pedro I y de Inés de Castro—, tras la prematura muerte de su madre a manos de los enviados de su abuelo, se verá obligada a vivir una existencia vertiginosa convertida en alguien que no desea ser. Desde un lugar que nunca tendría que haber ocupado, presenciará los secretos más luctuosos de una monarquía en pleno cambio donde la ley se adapta a los deseos de unos pocos y la religión es partidista, y donde el único afán esconquistar el poder a cualquier precio. Sólo cuando Beatriz acepte que es como todos los que la rodean, podrá entender por qué alguien muy cercano pretende asesinarla. Paula Cifuentes aporta en Tiempo de bastardos una joven y fresca mirada para descubrirnos aspectos desconocidos de una bella, inteligente y excepcional mujer cuya vida estuvo plagada de numerosos claroscuros, como los supuestos amores incestuosos que vivió con alguien de su propia familia.
Beatriz creía que las monjas eran como mariposas que un día fueron tan guapas como su madre pero que se encerraron dentro de sus capullos, que eran sus celdas, y salieron convertidas en mujeres agobiadas por el peligro de una eternidad demasiado larga.
Morir dicen que es un trámite. Que duele más la vida que la muerte. Yo soy la perfecta dolorosa porque siempre me gustó ese sufrimiento que es la vida.
Mis recuerdos son mi yo pasado, los cimientos. Pero he de dejar de vivir en él y sólo vaciándome por completo podré volver a llenarme de algo que sea más parecido a un futuro.
Sólo mucho tiempo después he comprendido que no existen familias perfectas como no existen amores perfectos.