"Sufrimiento" y "esperanza" representan la compleja geografía de las fragilidades humanas, para las que siempre hay corazones que son testigos de la cercanía, la acogida y la atención solícita: juntos recorren un sendero que une para siempre a quienes son ayudados y a quienes les ayudan, a los heridos y a quienes los curan, a los moribundos y a quienes los asisten, en una experiencia existencial en la que cada cual puede ser un don para el otro.