En Soñé que la nieve ardía, novela escrita en el vértigo del gobierno socialista de Salvador Allende, la escritura ha sido marcada a sangre y fuego por los acontecimientos, los pequeños gestos y las grandes gestas. Una novela respirada a pleno pulmón en las calles de Santiago de Chile, repleta de pasión, humor, angustia y un lenguaje arrollador que celebra el entusiasmo de la gente frustrado con el golpe de Pinochet. Esta novela, traducida a quince idiomas, narra con espontánea originalidad las aventuras de un joven arrogante que pretende triunfar como futbolista y amante en un escenario inflamado entre la revolución y el golpismo.
Muy interesante en su composición. La novela está construida de manera fragmentaria, por momentos hasta surrealista y con extraordinarios tintes de humor en un escenario cargado de tensión y al borde de la locura de los personajes. La coloquialidad de los diálogos no entorpecen en absoluto la exquisita pluma de Skármeta; es impresionante la lucidez con la que el autor da vida a sus protagonistas, dotándolos de una chispa de viveza callejera que les da tridimensionalidad y profundidad a lo largo de toda la novela. La primera lectura me gustó mucho y creo que me va a gustar más la segunda. Si sos del perfil de Miguel Delibes y sus personajes hijos de su tierra y su cultura, te va a gustar Soñé que la Nieve Ardía. Recomendada.