SENILIDAD

Senilità (1898) Emilio Brentani, oficinista y escritor de 35 años (una suerte de alter ego de Italo Svevo), se enamora locamente de Angiolina, una rubia de ojos azules, hermosa y promiscua en partes iguales. Emilio sabe que su amante tiene otras parejas, y se autoengaña. Al final los celos le hacen romper su relación con la rubicunda Angiolina. La acción transcurre en el Trieste que en ese momento pertenecía al imperio Austrohúngaro, en donde el triestino (un dialecto italiano) era la lengua prevaleciente. «Senilidad» muchos parecidos con «La educación sentimental» de Gustave Flaubert, pero solo se sitúa en el contexto de la relación amorosa de Frédéric Moreau sin entrar en el tema político. El último tercio de la novela es realmente magistral: la agonía y muerte de la hermana solterona de Emilio Brentani (Amalia), atrapa al lector y no lo deja respirar: "Poco después la boca de Amalia se contrajo en ese extraño esfuerzo en que parece que, por último, también los músculos no destinados a ello son llamados a trabajar para la respiración. Los ojos miraban aún. Ella no dijo ninguna palabra más. Muy pronto a la respiración le sobrevino el estertor, un sonido que tenía mucho de lamento, exactamente el lamento de una persona dulce que estaba a punto de morir, resultado de un proceso de apagada desolación. Algo deliberado, una humilde protesta. Era, en efecto, el lamento de la materia que, abandonada ya, al desorganizarse, emite los sonidos aprendidos durante el largo proceso de dolor consciente." "La imagen de la muerte es suficiente para llenar por completo una mente inteligente. Los esfuerzos por retener o rechazar esta imagen son titánicos, pues cada una de nuestras fibras sensibles la recuerda con terror después de haberla sentido cerca, al tiempo que cada una de nuestras moléculas la rechaza por la misma esencia que hay en ellas de preservar y producir vida. El pensamiento de la muerte es como una cualidad, una enfermedad, del organismo. La voluntad no la puede llamar, tampoco la rechaza." En la pasión de Brentani, y en toda la novela, solo hay degeneración progresiva de las facultades físicas y psíquicas, es decir, pura senilidad.