Debes detenerte y salir de éste estúpido juego de líderes y seguidores. Basta con que seas tú mismo. Y recuerda que has nacido solo. La soledad es, por consiguiente, tu realidad y morirás solo; ésta es tu realidad. Y entre la vida y la muerte, entre estos dos puntos donde tú estás completamente solo, ¿cómo puede ser la vida algo diferente? A cada momento estás solo. Acéptalo con alegría. Entra en ello tanto como te sea posible, tantas veces como puedas. Este es el templo de mi religión. No está hecho de rocas ni de mármol, sino de tu consciencia.
En el mundo no existen las fronteras. A éstas las necesitan los políticos para tener y administrar poder. La religiosidad no conoce fronteras. Las religiones son esas fronteras que los sacerdotes necesitan para manipular. Ambos, sacerdotes y políticos, son socios en un negocio que estafa con el visto bueno de individuos y sociedades de generación en generación. La política es la religión del más acá. La religión es la política del más allá. El día que cada uno lo comprenda, entenderá.