Glattauer tenía un tema interesante, diferente a lo que normalmente escribe (historias complicadas de amor). Esta vez el tema prometía: el hombre más amable del mundo comete un asesinato y nadie es capaz de creerle pese a las pruebas y a su propia confesión. Cuando no queda otra que someterlo a juicio nadie quiere condenarlo. El hombre carece de móvil. ¿Asesinó porque sí? Y pese al tema interesante, la historia se torna aburrida y repetitiva con un final entre previsible y malo. Lo siento, pero últimamente Glattauer está escribiendo porque sí.