El acceso al mensaje poderoso y transformador de la música exige una cierta pedagogía, que no siemprese ha sabido cultivar de la manera adecuada. Desgraciadamente, sucede muy a menudo que elenfoque de la enseñanza musical en las escuelas e incluso en los conservatorios no es el correcto. Comoconsecuencia de esto, una gran parte de la población más joven y no tan joven no siente ninguna afinidadhacia la gran música; la consideran una realidad lejana, incomprensible, propia de gente aburrida oextraña. Otros quizás albergan la sospecha de que se trata de un mundo fascinante y enriquecedor,pero les parece que no disponen de las claves para acceder a él; no saben cómo se han de acercar a lasgrandes creaciones musicales, y pronto se rinden con la amarga sensación de que han perdido ese tren.Escrito en un registro cercano y amable tan lejos de la erudición como de la divulgación insustancial,Música para leer es una guía para iniciarse, profundizar y llegar a amar hasta la completa adicción elmundo de la gran música.