MAPOCHO

"Dejo mi rabia flotando en las sucias aguas del Mapocho como una ofrenda. El antídoto que nos ayude a romper, de una vez y para siempre, el hechizo de mierda", dice Nona Fernández Silanes a modo de epílogo en 2018 sobre su primera novela, Mapocho, publicada en 2002. Y vaya si se nota la rabia de la autora en este original, creativo e hipnótico relato sobre la historia chilena, estructurado sobre la perturbadora relación de un par de hermanos, la Rucia y el Indio, que después de varios años de exilio retornan a Santiago de Chile a arrojar las cenizas de su madre al río que atraviesa la capital de ese país, el mentado Mapocho. La historia de Chile desenmascarada como metáfora y como incontrastable realidad desde la conquista, la colonia y la dictadura de Pinochet. La mentira y el engaño, lo real y lo ilusorio se nos develan en esta genial novela que nos recuerda, sin piedad y sin sutilezas, nuestra eterna condena de ser latinoamericanos.

Mapocho, de Nona Fernández Silanes No me canso de decir que la literatura latinoamericana escrita por mujeres es la mejor literatura que existe en estos momentos. Pocas voces se atreven a llegar a los sitios que recorren ellas, contando las historias desde nuevas perspectivas y de nuevos modos. La chilena Nona Fernández Silanes ya me había cautivado años atrás y esta novela, «Mapocho», me dejó sin palabras, subida a la cresta de la ola de un entusiasmo insuperable como te dejan pocos libros, esos de los que no puedes desprenderte durante días, que invaden tus sueños y todavía siguen alumbrando preguntas y respuestas en tu mente en los momentos más inesperados. Ya de por si tiene un comienzo alucinante, cuando La Rucia llega a Santiago de Chile después de muchos años en el exilio. Viene en busca de su hermano y se pierde en la gran ciudad, de suerte que termina frente al Río Mapocho, con su exigua carga: porta la urna donde descansan las cenizas de su madre. Ve el río corriendo a sus pies, arrastrando basura, historias, fantasmas… su propio cadáver ya corre por las aguas y a través del tiempo para verla detenida en ese espacio. El Mapocho discurre y sus aguas amarronadas teñidas por décadas de crímenes sangrientos tienen la historia de todo un país atrapada en su corriente. Es la historia la que cobra voz mientras La Rucia deambula por la fantasmal casa de su memoria, en busca de sus propias respuestas y de su identidad. Se crea una vorágine que abarca siglos, desde las colonias, pasa por la dictadura de Pinochet y llega a nuestro días, y no habrá paz hasta que se escuche todo cuanto tenga que decir. Y lo dice, con poesía, con furia, con fuerza, con dolor: la autora no se guarda nada y su pluma seductora y violenta nos pone ante la historia y nos deja indefensos a su potencia. Una novela brillantemente construida, cuyo ritmo, como vaivén del río, arrolla y arrulla. No se sale indemne de este libro. Se sale, eso sí, agradecido por la literatura.

Sublime

Una intrigante historia que se desarrolla en un escenario del inframundo histórico de la ciudad de Santiago.

Una historia muy aburrida, salvo el breve pasaje que protagoniza el conquistador Valdivia.