Madre que estás en los cielos es el relato de los miedos y conflictos de una mujer que ya puede reflexionar sobre su vida sin engañarse, así como también un testimonio de redención frente a sus seres queridos. Con setenta y siete años a cuestas, Julia Bartolini decide pasar sus últimos días escribiendo sus memorias. Los recuerdos le brindan la fortaleza necesaria para enfrentar su enfermedad. Cree que así podrá recuperar la sensación de que tuvo una vida que valió la pena. Marcada por la inmigración italiana al país iniciada a fines del siglo XIX y la rígida idea de familia impuesta por la Iglesia católica a lo largo del XX, Julia deshilvana los rencores fraguados en su infancia, para los que no tuvo solución en la adultez. Intenta descifrar la figura de un marido autoritario, pero devoto, y en especial la relación con dos de sus hijos, quienes desafiaron los códigos de conducta de su tiempo y sus esperanzas. Sobre todo, quiere encontrar la explicación para haber fracasado en aquello que mayor importancia tenía para ella: formar una familia feliz.
Una novela sobre una familia de clase media, ambientada en Chile y narrada a dos voces. A modo de despedida y ante la inminencia del final de su existencia, la protagonista repasa su vida destapando secretos, haciendo mea culpa, saldando deudas afectivas y confesando temores que acumuló viviendo en un contexto social y político donde parecer era más importante que ser. El relato, a medida que avanzaba, me iba creando suspenso y generando intriga acerca de aquello que había permanecido oculto tras un manto de hipocresía y prejuicios, pero cuando la verdad me fue revelada, no me causó el impacto que esperaba. Mucho ruido y pocas nueces. Buen argumento, buen desarrollo, pero el final me pareció flojo.