Ocho historias distintas conforman un único bloque observado el tiempo como valor supremo de la vida: los que matan el tiempo se condenan con esa muerte a la ulterior tragedia que podrían haber evitado. El tono onírico de algunas historias del libro no diluye la poderosa crítica social que habita sus páginas. El lector podrá identificarse en los complejos y ambiguos personajes de Laborde, que sometidos a la injusticia, la incertidumbre, la pasión, la violencia o el azaroso infortunio, acabarán como descarnados referentes de un atroz –y a veces grotescamente hilarante– devenir.