LA VIDA COTIDIANA DE SIGMUND FREUD Y SU FAMILIA: RECUERDOS DE PAU LA FICHTL

“Con su conocimiento de las personas es Ud. mejor analista que muchos analistas profesionales”. Esto le dijo Freud a Paula Fichtl quien fuera, desde sus 27 años en 1929 – y durante 53 años - el ama de llaves de la familia Freud. Primero de Sigmund (a quien acompañó en el exilio a Inglaterra en 1938 a pesar de no ser judía), luego de su esposa Martha desde 1939 – año en que fallece Sigmund - y finalmente de Anna Freud desde 1951. A la muerte de ésta en 1982, regresó a su natal Austria: murió en Salzburgo en 1989. Las 80 hs. de grabaciones magnetofónicas de las charlas/entrevista del autor con Paula en Londres son la base de este libro que, además de permitirnos conocer su vida (antes de Sigmund fue la niñera de la hija de Louis Tiffany, el rey de las joyas de New York), nos brinda el conocimiento de un Freud íntimo en un cálido retrato de su cotidiana vida doméstica. Sus hobbies (coleccionar estampillas y encendedores, juntar setas en sus caminatas), su afición por la Navidad y por el caviar, su aversión por el “aparato telefónico”, la ausencia de comida kosher, su afecto por sus perras Chow Chow, etc. Paula conoció y atendió a la princesa Marie Bonaparte (sobrina bisnieta de Napoleón que ayudó a Freud a escapar del Nazismo), a Stefan Zweig, a Thomas Mann; ya como “mayordomo femenino” en Londres atiende a Zweig acompañado de Salvador Dalí, a Virginia Woolf, a H. G. Wells; a Marilyn Monroe cuando en 1956 asiste a sus sesiones de análisis con Anna Freud. Esta sencilla mujer, que no tuvo educación escolar, fue condecorada con la Orden del Mérito austríaca por el Embajador de Austria en Londres en 1980 y en presencia de Anna Freud.