Fowles nos vuelve a sumergir en un mundo poblado de personajes propios de lo mejor de la mitología clásica. Un joven crítico de arte se replantea su convencional vida tras visitar a un pintor inglés retirado voluntariamente a la campiña francesa en compañía de dos misteriosas muchachas. Un ladrón filosófico despierta a un escritor para someterle a la peor de las torturas. La desaparición de un exitoso miembro del Parlamento pone en jaque a la policía londinense. Un grupo de amigos, cada uno con sus miserias, pasa unos días agridulces en un idílico paraje campestre. Estas cuatro historias, acompañadas de la traducción de un romance amoroso medieval francés, recogen los apasionantes temas de las novelas que convirtieron a este autor en uno de los referentes de la literatura inglesa del XX.
La máxima vanidad (y locura, para un artista) estriba en no parecer vanidoso.
Las voces son el enemigo del pensamiento. No del pensamiento, sino del pensar.