“La piel que nos envuelve es la vía más profunda y directa de intercambio personal. Placeres y dolores arrancan y se expresan a su través. Nuestra piel es espejo para los demás y delatora de nuestros estados afectivos. La prohibición del refleja el temor ancestral a los contactos corporales. Tocar y que nos toquen puede ser fuente del más hondo placer o de la impresión más repulsiva. A partir del tocar y del sentir se estructura en gran modo nuestro ser. Podríamos decir que somos según lo que hemos sentido. La profesora Álvarez Reinares muestra aspectos insospechados de la comunicación a través de la piel, bien sea en el plano social, cultural o erótico. El tacto aparece aquí con su fuerza arrolladora en el intercambio de afectos y deseos."