LA OTRA VIDA

Éramos pocos y parió la burra. Y con todas sus letras. Me va a ser difícil mantener el equilibrio entre no caer en el spoiler y decir lo que pienso pues van de la mano. Haré lo que pueda. Soy humano. Orwell en su libro "1984" ya hablaba del ministerio de la verdad, aquellos que se encargaban de reescribir la historia en los datos que iban en contra los postulados de su partido, lógicamente mintiendo. Hoy día existe un sector creciente que en aras de adoctrinar a sus afectos, confunden sistemáticame que la igualdad es estar por encima de. La literatura también es un canal donde proclamar sus dogmas de fe. Siempre lo ha sido. Quien se lleva la palma es Juana de Castilla, convirtiéndola en un híbrido entre Superman y Mcgyver, cuando ni lo fue, ni lo necesita para abanderar la denuncia del machismo de la época. Blanca Bravo le escupe a la historia y vierte su apostólica doctrina, nada menos, que en "El lazarillo del tormes" Hubiera entendido mejor su postura, si el personaje elegido fuera ficticio, ahí todo cabe, tenemos el ejemplo de los disparates de Dan Brown, donde el autor siempre advierte que su novela es pura ficción. Pero atribuirle la autoría del citado Lázaro a quien lo hace es demencial. Peor aún las teorías en las que se apoya. Primero porque el personaje en cuestión es por sí solo apasionante, con una marcadísima vida adelantada a su tiempo, con una lista inabarcable de logros a sus espaldas y de la que afortunadamente se ha escrito mucho. Es decir, no necesita falsas medallas para lograr su reconocimiento. Esta vendedora de humo (la autora) concede la autoría soltando giliflauteces como que repite mucho la palabra ruin en sus textos...como si el dichoso adjetivo lo tuviera en exclusividad. Como si nadie lo hubiera escrito jamás. Hay más. Dice que El lazarillo del tormes se publicó simultáneamente en 4 ciudades, y que en todas estuvo presente la presunta. Y mi tataraprima también. Oh poderoso don de la ubicuidad. Le faltó añadir que tuvo presentación y firma de ejemplares a la misma hora en el corte inglés de cada ciudad. O asegurar que Lázaro está inspirado en un hijo bastardo de Álvarez de Toledo (duque de alba de tormes) que pasaba por allí. Espectacular también, en que convierte a Diego Hurtado de Mendoza, noble al que se le encontró en sus documentos testamentarios nada menos que el manuscrito corregido de la famosa novela. Para colmo del desatino, crea un hijo ficticio de Diego Hurtado como protagonista de la búsqueda del gran secreto escondido en cartas cifradas, que no es otro que la autoría de la excelsa obra picaresca. Digo yo Blanca, que hubiera sido mejor para tu causa que el/la escribidor fuera también producto de vuesa marciana imaginación. Lo que me indigna no es el mensaje. Yo también comulgo con la idea. Lo que me exaspera es que con tal de esparcir su enfebrecida ideología se raye la misoginia inversa. Al menos, me he despachado a gusto. La ocasión lo merecia. Y a quien no le guste...allá con sus fiebres.