Rohr Furland acepta un precario empleo en un carguero espacial pilotado por el Capitán Futuro, en realidad un personaje inmaduro y ligeramente insano, obsesionado por las novelas pulps de los primeros años del siglo XX. Pero cuando reciben una llamada de socorro de una estación espacial cercana, Furland y la primera oficial de la nave deberán mezclar el peligro real del espacio solar con el mundo de fantasía del capitán.