LA HISTORIA DE MIS DIENTES

Es un libro divertido, sobre todo por el uso que hace de nombres muy conocidos principalmente de escritores; sin embargo no alcanzo a entender si divertir era la única intención de Luiselli porque la historia en sí misma no me pareció atractiva, al grado que desde la mitad ya quería que acabara. Sí me sacó unas buenas risas pero como que no vi ninguna otra virtud en ella, parece un experimento y como tal funciona pero parece que a mí no se me dan mucho los experimentos (ver mi reseña de Rayuela como muestra). De todas formas es una autora a quien quiero seguir explorando, "Los niños perdidos" me encantó, quizá conociendo un poco más de su obra cambie mi opinión.

Ya había leído a Luiselli antes y quizás por eso este libro me sorprendió: no esperaba encontrar una historia que me hiciera reír. Su sentido del humor lo abarca todo: desde el protagonista —Gustavo Sánchez Sánchez, más conocido como Carretera, el mejor subastador del mundo, según él mismo dice—; el tono oral de su narrador, bien mexicano; los guiños inteligentes al presentar y nombrar a sus personajes —como su tío Juan Pablo Sánchez Sartre, para quien “el infierno éramos nosotros”—; la estructura de la novela, anunciada desde la primera página, y, por supuesto, la historia misma. Carretera se convierte en cantador de subastas con la intención de reunir el dinero suficiente para reemplazar su fea dentadura por un mejor juego de dientes. El resultado es una historia cómica y un poco delirante, pero que, tras un giro inesperado de la trama, cobra otro sentido. No es el libro de Luiselli que más me gustó, pero disfruté de conocer otra faceta de esta autora.