LA CIGARRA DEL OCTAVO DÍA

"No voy a hacer nada malo. Sólo quiero verlo un momento. Sólo me gustaría ver a su bebé; eso es todo. Después pondré punto y final. Lo olvidaré todo y empezaré una nueva vida." Mitsuyo Kakuta es, con más de cincuenta novelas, una de las escritoras más prolíficas del país del sol naciente. La cigarra del octavo día es su primer libro publicado en España, una obra cautivadora y de narrativa absorbente que va creciendo con el paso de las páginas. El viaje en primera persona durante cuatro años de una mujer que decide secuestrar al bebé de su ex pareja y huye desesperadamente, un evento que nos plantea una dramática aventura que constituye un análisis de la sociedad y sus diferentes estratos. La novela se divide en dos partes ya que la autora nos ofrece la capacidad de saber qué pasó años después cuando ese bebé es ya adulto y no ha conseguido encontrar su lugar en la vida, cómo esa etapa marcó sus años venideros. Según Kakuta, esta novela sirve "como una reflexión sobre la maternidad y cómo en la sociedad japonesa a las mujeres les asignan de forma inmediata el papel de madres por el hecho de poder tener hijos. No todas las mujeres pueden, no todas las mujeres quieren, no todas las mujeres saben". La cigarra del octavo día es una obra estupenda, tremendamente reflexiva que, durante este viaje de distintos momentos temporales y múltiples voces narrativas, nos veremos abocados a sopesar esas situaciones repletas de grises que nos plantea Mitsuyo Kakuta. Una de las mejores novelas japonesas que he leído en los últimos tiempos y con la esperanza de que se traduzcan al idioma de Cervantes más libros de esta autora.

Nada mas atrapante que una historia me obligue a reflexionar, a cuestionar conceptos que están tan arraigados en el pensar colectivo. En este caso, la maternidad como eje principal. Esta novela, te dice que dejes atrás tus prejuicios y trates de tener una mirada nueva sobre valores enraizados en la sociedad. Excelente el recurso de dividir la novela en dos partes. La primera, es la voz de la mujer quien, sin planearlo, secuestra a un bebé, y que empezará una huída eterna. La segunda, ese bebé ya adulto y la vida que le tocó vivir, la desesperación por encontrar su lugar, su propio camino, por deshilachar ese manojo de sentimientos encontrados por su verdadera familia y por esa mujer que la crió con amor sus primeros años de vida. Una historia con una prosa y un ritmo cautivante que va in crescendo hacia la segunda parte, la cual me pareció estupenda, imprescindible para entender a todos los personajes y mostrarnos que en la vida nada tiene un solo lado, sino que está repleta de aristas, algunas tremendas y otras maravillosas. Este párrafo me pareció hermoso, refiriendo a las cigarras que permanecen siete años bajo tierra y sólo viven siete días cuando salen al mundo: “La cigarra del octavo día puede ver cosas que las demás no ven. Quizá no quiera, pero después de todo no es tan terrible. No hay necesidad de cerrar los ojos.» Se nos plantea una mirada por demás interesante con la que podemos estar o no de acuerdo, pero con seguridad no va a sernos indiferente, y esto es para mí lo que define una buena obra literaria. Me ha hecho cuestionarme, tener empatía por personajes con los que “no debería” tenerla, en fin, ha movido las estanterías, siempre bienvenidos estos cimbronazos! Una hermosa sorpresa esta autora que desconocía y que seguramente seguiré leyendo.

Un título original y llamativo, la novela lo es más. Lectura ágil, narrativa sencilla pero bella, se lee rápido, a pesar de que no es un libro sencillo, la trama es cruda, es el tipo de lectura que me gusta porque aporta mucho, mucho más que simple entretenimiento, me hizo reflexionar, hay víctimas y victimarios. ¡Quién es verdaderamente el malo de la novela? Desde luego que los hay, una red de sentimientos y voluntades robadas que me pusieron en tensión toda la lectura. Kiwako es una joven mujer, ex amante de un hombre casado, que ha quedado estéril después de un aborto, un día entra en casa de él, con la simple intención de mirar al bebé de éste y su mujer en la cuna; solo quiere verlo, lo toma en brazos y no resiste más y lo secuestra, está sorprendida de su astucia pero no hay vuelta atrás. Ama a la bebe con todo su corazón, sin embargo tiene que vivir huyendo, la suerte le sonríe, pero...¿Así será siempre? Excelente escritora y excelente y recomendable libro.

¡Qué gran sorpresa! Insisto en que, si te apetece empezar (o seguir) con la literatura japonesa, este es tu libro👌 Esta trama se divide en dos partes definidas. En las primeras páginas encontramos el detonante. Kiwako entra en una casa y, sin haberlo planeado, secuestra a Erina, un bebé y viviremos una historia intensa y adictiva. Con este libro he sentido de nuevo lo que es estar enganchada a un libro. Encontraremos la problemática de las mujeres al valerse por sí mismas, sin un hombre, en los años 80 y en Japón. También el tema secta, parte importante en la trama. Ir descubriendo cómo, cuándo y por qué, es super interesante. Este libro me hizo dudar de mi propia moral, y es que la autora consigue que te plantees todo. Llegada la 2da parte, la historia pega un gran giro. Si en la primera no dejaba de pensar en el libro cuando no lo estaba leyendo, en la 2da, soñaba con él y NECESITABA saber qué pasaría. Desconfié de un personaje y, hasta el final prácticamente, no supe si estaba equivocada. Los recuerdos del pasado toman mucha importancia, hacen que veamos la parte sensible y, al final, humana de los personajes. La autora narra de forma maravillosa, nos avasalla con miles de sentimientos, nos encoge el corazón en varias ocasiones y, en mi caso, robó unas lagrimitas. Conocer cada detalle de lo que ocurrió, en el formato que se cuenta en la 2da parte, me pareció un acierto. Era necesario que el lector supiera ciertas cosas y la autora supo cómo plasmarlo. El final me pareció mágico y no sentí que me dejara tan perdida como otros libros de autores asiáticos. Punto muy a favor👍 Por la último, debo remarcar los pies de página. Han sido un aprendizaje. Adoro aprender leyendo, y este libro me ha hecho marcar y aprender cosas muy interesantes y que me servirán en el futuro. ¿Os atrae este libro?¿Lo leerías?¿Te has animado con la literatura asiática? Pues, por si te apetece, pronto habrá sorteo de uk ejemplar en mi perfil en Instagram ➡️ @SrtaLeescribir

Elegí este libro porque me llamó la atención el título, ni siquiera me leí la sinopsis, así que entré en la historia sin saber qué me iba a encontrar y me ha encantado. Una historia complicada, narrada de una manera costumbrista, que te engancha por saber qué sucederá, cómo acabará todo. Consigue removerte y empatizar con algo horrible, te sumerges en la cultura japonesa mientras las hojas pasan en una especie de tensión en calma. Sin duda, lo recomiendo!

LA CIGARRA DEL OCTAVO DÍA - Mitsuyo Kakuta (2007) ¿Qué sucede cuando te separan de tu familia siendo un bebé y tu secuestradora es la única madre que has conocido? ¿Qué sucede cuando cuatro años más tarde eres devuelta a tu verdadera familia y descubres que no es una familia? ¿Cómo alimentar el odio hacia aquella madre que te cuidó como a una hija? ¿Qué hacer cuando descubres que tu vida es la repetición de la vida de aquella mujer? Elegir un camino distinto, afrontar el pasado para generar una nueva vida y comprender que la cigarra que sobrevive un octavo día descubre cosas que el resto de cigarras no pudieron llegar a ver. No sé, si algunos de los temas que trata esta novela son recurrentes en la literatura japonesa, que confieso, no domino; o bien una clara influencia de la obra de Murakami. En cualquier caso, la novela gana cuando se aleja de ellos y la escritora muestra su verdadera prosa y su ritmo. Esta novela recibió el premio Chuo Koron en 2007 y lo que me sorprende es que su autora de 48 años lo sea de más de cincuenta libros entre novelas, cuentos y ensayos.

Tiene la cabeza caliente, suave; parece muy frágil, pero al mismo tiempo es dura y resistente. La asombra que pueda reunir ambas cualidades a la vez. El bebé acaricia con su mano diminuta la mejilla de Kiwako. Está húmeda, caliente. «No debo marcharme -piensa-; nunca lo dejaría solo en un lugar como éste. Yo le protegeré. Te protegeré del dolor, de la tristeza, de la soledad, de la inquietud, del miedo y de la dureza de la vida.» Ya no es capaz de pensar en nada. Kiwako murmura como si estuviera hechizada: «Te protegeré. Voy a protegerte para siempre».