Amelia, una prestigiosa paisajista, acaba de separarse del crítico literario Ezequiel Barros, después de trece años de matrimonio. Para mitigar la tristeza y el dolor, se ha refugiado en su casa cerca del mar. Los paseos por los cerros boscosos y el trabajo en el jardín logran devolverle algo de la paz perdida. Pero no consigue estar sola. A lo largo del verano recibe las visitas de su hermana, de un viejo amante, del propio Ezequiel, y de Roque, su último amante. Cada uno de ellos la obliga a rememorar, a sopesar responsabilidades, a preguntarse qué da fuerza y sustento al vínculo amoroso. Así nos enteramos de los pasos inexorables que llevaron a Ezequiel a perder interés en el sexo, y de cómo ambos buscaron formas de revivir su intimidad. ¿Puede una pareja recuperar la cercanía física que ha perdido si hace realidad sus fantasías? Por mantenerse unidos, Amelia y Ezequiel cruzan la barrera del pudor y ya no pueden regresar. Esta es una novela que indaga en la búsqueda de identidad de una mujer que se separa. Pero también es la exploración de un tema muy de nuestra época: la incertidumbre sexual en el amor, la falta de deseo en la pareja y sus rincones más sombríos. Con elegancia y sutileza, al ritmo apacible del mar, la neblina y los días solitarios, Pablo Simonetti da forma a una novela melancólica y vital a la vez, tan emotiva como provocadora.
Pablo Simonetti, escritor chileno de notable sensibilidad, que descubrí a partir de este libro que publicó en 2009. Un primer y obvio comentario seria que me gustó mucho, ya que es llevadero en su lectura y muy humano. La protagonista es Amelia, una paisajista que se retira a su casa de veraneo a pasar su duelo tras separarse de su marido, Ezequiel Barros, un periodista y crítico literario con quien sexualmente no puede relacionarse, por su impotencia y esencialmente por su desapego emocional. Básicamente lo quiere Amelia es estar sola sin tener que dar explicaciones a nadie. Está ambientado dentro de la clase media alta chilena, lo cual supone códigos burgueses que hay que preservar. Ello implica que necesariamente tiene que recibir a quienes la visitan. A lo largo de los capítulos van desfilando diferentes personajes, la hermana, un amigo arquitecto, su ex marido. Lo que más me ha sorprendido del libro es la notable capacidad del autor, para darle voz al personaje femenino que es protagonista de la historia. Esencialmente es libro muy actual, sobre relaciones humanas, lo sexual y la necesidad de contención que todos tenemos. En síntesis como lograr eso tan ansiado que llamamos felicidad. MUY RECOMENDABLE.