Quizás un poco decepcionante si ya has leído anteriormente la trilogía de Los Buscadores de este mismo autor. No considero que sea un mal libro en absoluto, pero esperaba algo más.
Primer libro que leo del autor y lo amé. La historia comienza tras la muerte de Henry Talbot un famoso arqueólogo, que deja toda su colección en manos de su sobrina Elizabeth, salvo los Príncipes de Jade que han de repartirse entre el abogado y dos miembros de la Sociedad Arqueológica. Pero al poco tiempo, el abogado es asesinado y su Príncipe de Jade, robado. Un libro lleno de aventuras, donde hay que tomar en cuenta los detalles para ir descubriendo, a las par de los protagonistas, el secreto que se esconde tras las piezas de Jade. Totalmente adictivo, engancha desde la primera página y es muy difícil soltarlo. El autor recurre mucho al humor, sacándote una sonrisa en todo momento. Personajes bien logrados y muy queribles. Y un final donde nada es lo que parece. Eso sí, deja con muchas ganas de una segunda parte.