Durante siglos la formación artística se mantuvo en espacios separados de un entorno formal. A mediados del siglo xx, las disciplinas artísticas logran ingresar a la lista de profesiones universitarias. Este paso generó dificultades como resultado de las dicotomías ciencia-arte, mente-cuerpo y pensar-hacer. Elka Fediuk aborda el tema de manera holística, retoma del pasado la esencia de la continuidad e invita a dar un salto cualitativo desde el poder de proyección. Siguiendo la estrategia del pensamiento complejo, busca religar los diversos conocimientos que alimentan el diálogo ciencia-arte y propone, desde esta perspectiva, una direccionalidad plasmada en un proyecto educativo desarrollado desde el 2000 en la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana.