EXTRAÑOS EN UN TREN

La intriga de esta novela está basada en la idea de un crimen sin móviles, un crimen perfecto: dos desconocidos acuerdan asesinar cada uno al enemigo del otro, proporcionándose así una coartada indestructible. Highsmith magnífica. En mi opinión, su mejor novela.

EXTRAÑOS EN UN TREN Hablar con desconocidos en ocasiones se hace fácil. Llevados, quizás, por la tentación de no ser juzgados hasta contamos intimidades que no hemos dicho a personas allegadas. Así mismo, entre esos extraños puedes hallar a un amigo o amiga, incluso el amor; puedes encontrar a ese individuo que precisa ser tu otra parte, incluso sentirte como él o ella, identificado. G. Haines y C. Bruno se conocen viajando en tren, comparten una copa, comen mientras conversan. Poco a poco, avanzando al ritmo del tren la conversación toma un matiz serio. Y al despedirse sus vidas habrán cambiado, sin precisar lo firman un pacto. P. Highsmith desarrolla una historia psicológica desgranada poco a poco. Por momentos pensé que eran muchas páginas. No obstante, al terminar reflexione en la historia, llegando a concluir que tiene las justas. Tal vez, no seamos tan extraños unos de otros. Simplemente no hablamos con todo el que se nos cruza.

Cuidado con quién viajas si subes a un tren. Dos desconocidos, Bruno y Guy, se encuentran en un tren. Comienzan a hablar y a contarse sus penas y sus odios hacia personas cercanas a ellos. Uno de ellos, Bruno, planea unos asesinatos que podrían ser perfectos. Pero, ¿serán capaces los dos de llevarlos a cabo? ¿Les saldrán bien los planes? Uno de los puntos débiles de la novela es que desde el principio de esta sabemos quién o quiénes han cometido los asesinatos. Esto le resta suspense y misterio a la obra. La parte de la investigación de los asesinatos es endeble, ya que se desarrolla muy rápida y el detective lo descubre todo enseguida. Lo que más me ha gustado es la caracterización de los protagonistas, que podemos decir que tienen caracteres antagónicos: Guy, un joven serio, responsable, un tanto enamoradizo y Bruno, joven más frívolo, con un complejo de Edipo bastante acentuado, que odia a las mujeres y que al que le gustan las aventuras de riesgo. También me ha agradado la relación que se establece entre estos personajes, de amor-odio, y la forma en que Bruno presiona a Guy para que cumpla su parte del plan. En resumen, recomendaría este libro a los amantes del género policial.

Es un thriller de suspenso psicológico, un clásico de todos los tiempos, que explora el miedo, la locura y la culpa de las personas que las va matando lentamente. Y la historia esta basada en la premisa de que dos desconocidos intercambian asesinatos. ¿Qué pasa con los trenes? ¿Qué hay en ellos que enciende la imaginación de las personas a tramar algo turbio? ¿Alguna vez has tenido ganas de matar a alguien? La novela empieza con un encuentro casual en un tren entre dos jóvenes que se ponen a hablar de las personas que más odian en cada una de sus vidas, de esta manera sus vidas se entrelazan inextricablemente y van a cambiar para siempre. En este fugaz encuentro se pone en marcha una terrible cadena de acontecimientos, cuando uno de ellos propone intercambiar asesinatos. Uno un psicópata que intenta persuadir a la fuerza a un joven arquitecto para que acepte su teoría de que dos extraños pueden salirse con la suya si se someten a su plan de matar a la persona más odiada del otro, un crimen sin móviles personales, sin pistas, un crimen puro y perfecto. Uno de ellos es Bruno: alcohólico, sádico,  homosexual y con problemas edípicos que cree que tiene el plan perfecto para deshacerse de su odiado padre, y cuando conoce a Guy, un exitoso arquitecto, un buen hombre, amable, ambicioso y trabajador que quiere divorciarse de su esposa Miriam, cree haber encontrado al socio que necesita para lograrlo.  Su plan es relativamente simple: dos extraños acuerdan matar a alguien que la otra persona quiere que desaparezca. Guy mataría al padre de Bruno y éste mataría a  Miriam, liberándolo para casarse con Anne. Guy lo descarta todo de plano, pero Bruno sigue adelante con su mitad del "negocio" y se deshace de Miriam sin el conocimiento y aprobación de Guy. Él se resiste a matar al padre de Bruno, quien le deja claro que colocaría pruebas para implicarlo en la muerte de su ex mujer, a no ser que llevará a cabo el resto del plan. Y además le contaría todo a su prometida además de destrosarle la carrera. Bajo tanta presión, Guy mata al padre de Bruno. Casi en contra de su voluntad consciente, Guy queda atrapado en una pesadilla de culpa compartida.  ¿Podrá vivir una vida normal después de este crimen?

Bruno y Guy se conocen a bordo de un tren, el primero es un alcohólico de mala entraña, el segundo un arquitecto de renombre. Ambos hablan de su vida y de las personas que les son molestas, es así como Bruno planea el asesinato de ambas, estando demasiado borracho, Guy no lo toma en cuenta: intercambian teléfonos y no vuelven a saber en unos días el uno del otro. Sin embargo, como Bruno no tiene oficio ni beneficio, se dedica a seguir los pasos y la vida de Guy y es así como asesina a su aún esposa, Miriam, de la cual está por divorciarse. Guy se sorprende y no hubiera querido que los acontecimientos fuesen de ese modo, posteriormente Bruno lo acosa psicológicamente, obligándole a matar al padre de Bruno. Son crímenes perfectos de los cuales la policía no tiene pistas, pero las cosas se van complicando cuando Bruno no deja de buscar al arquitecto y a su nueva esposa. Un libro muy entretenido, quizá un poco lento pero que me mantuvo alerta ante los sucesos inesperados de la historia.

Excelente thriller policiaco, donde coinciden dos desesperados y se ven empujados a realizar crimenes cruzados, el manejo de la dualidad, culpa y ausencia de remordimientos es excelente, Highsmith excelente

Tiende a perderse un poco entre las ramas en la mitad del libro, a mi parecer, pero la angustia psicológica que maneja es inagotable. Me parece un ejemplo excelente de cómo manejar los ambientes en una narración. Primer libro que leo de la autora, y no será el último. Tengo en mi mente varias escenas, no sé qué tiene la literatura de mitad del siglo XX que me parece todo tan cinematográfico.

Fue la primera novela que leí una vez empezado el confinamiento de marzo. Fantástica desde el comienzo, Patricia Highsmith nos atrapa con una historia compleja y a la vez sencilla. Las descripciones de sentimientos y emociones son maravillosas. Durante varias noches me metí en la piel de Guy y, desde luego, es abrumador.