Un divino encadenamiento entrelaza el universo entero. Si armonizamos nuestra voluntad humana con la divina y obramos de acuerdo con sus leyes, lograremos la plenitud, la paz, el poder y la abundancia que, de un modo u otro, hemos estado buscando a tientas durante toda nuestra vida. El objetivo de la vida humana consiste en lograr la consciente y positiva efectividad de nuestra unión con Dios y abrir completamente nuestro ser a su divino influjo. El gran secreto de poder y de vida es obrar En armonía con el infinito.