EL PERFUME SECRETO DEL MELOCOTÓN

Una trilogía un tanto extraña, porque parece que "Zapatos de caramelos" es, prácticamente, como si no hubiera existido. Salvo por un par de detalles importantes. Por lo demás, Vianne vuelve a Lansquenet tras un petición de Armande después de ocho años, por lo que nos reencontramos con personajes que ya conocíamos y que se extrañaban, y con personajes nuevos, pues en ocho años el pueblo ha cambiado muchísimo. Los capítulos vuelven a alternarse entre Vianne y el párroco Reynaud como sucedía en el primer libro. Se me ha hecho un tanto nostálgico en ese aspecto, y eso que la trilogía en mi caso me la he leído del tirón en cuestión de semanas. Ni Vianne ni Reynaud son los mismos personajes que conocíamos en "Chocolat". En el caso de la primera se puede decir que es una mezcla entre la Vianne del primer libro y la del segundo. No he visto a Vianne tan protagonista como en los anteriores, y no es que el personaje me haya disgustado, pero como he echado un poco en falta algo de chispa. En cuanto a Reynaud, era un personaje que me parecía bastante interesante en el primer libro por lo atípico que era, y en este tercero tenía ganas de volver a encontrármelo. Aunque sigue siendo ese párroco de semblante serio y frío, ha sufrido pequeños cambios en su personalidad, volviéndose un poco más tolerante en comparación con lo que era. En cuanto a la trama, en esta ocasión se centra más bien en torno a la comunidad musulmana que se instala en Les Marauds. Me ha parecido una premisa interesante porque en Francia es de lo más común que la sociedad francesa conviva con la musulmana y las diferencias sociales y culturales son evidentes, con lo que esto conlleva. Creo que la autora lleva muy bien el mensaje general, poniendo como punto en común, no solo el chocolate sino la comida entera como forma de lenguaje universal. Se nos expone ante el mismo conflicto varios puntos de vista: cómo lo afrontan los hombres, cómo lo llevan las mujeres, y cómo actúan los niños, que son, en su inocencia, los únicos que no ven problema alguno en reunirse sin barreras. La pega que más resalto es que la autora le daba demasiadas vueltas a la hora de solucionar las cosas. Se me hizo lento en algunas ocasiones por ello, cuando al final todo parecía más sencillo de cómo lo pintaban. De todas formas, aunque me ha gustado más que el segundo, sigo pensando que la auténtica esencia de esta trilogía reside en "Chocolat" ♥.