En el principio cuando Yenot y tu mundo eran uno solo, cuando las criaturas, los animales, el hombre común y el dotado convivían juntos en armonía, los tres reyes recibieron un mensaje del cielo cuyo contenido aseguraba un pronto otorgamiento de dones a beneficio de los reinos. Para el rey Adeliz I el don de la sabiduría de las ciencias naturales, para el rey Marduk el don de la sabiduría de las ciencias humanas y para el Rey Cuauhtémoc el don de la sabiduría de las ciencias ocultas, sin embargo, en el Monte Sagrado, donde estos poderes eran custodiados por seres alados, se infiltró el dragón enemigo hurtando el más codiciado de los talentos, la omnipotencia. La consecuencia de tal acto fue la condena a ser serpiente marina por una eternidad, castigo al cual arrastró injustamente a su hermano gemelo, Ágata. Con tal poder a la deriva la ambición se despertó, sobre todo en el hombre común quien desde toda fuente de agua comenzó a invocar a Agatón con la intención de que éste le revelara el nuevo escondite del don peligroso para apoderarse de él y acabar con los demás seres a quienes consideraba superiores. Al ver Dios el derramamiento de sangre por venir, separó al hombre común del dotado y de las criaturas. Así emana el origen de los mundos paralelos. Siglos después los hermanos Wux descubren la existencia de Yenot involucrándose en la vida de estos personajes poseedores de características fabulosas, viviendo aventuras maravillosas en sitios de una belleza imposible de describir con simples palabras. En la búsqueda de la verdad dichos adolescentes se ven obligados a lidiar con el odio, la envidia, el misterio, las lágrimas y un amor imposible, donde incluso, deberán darle un nuevo giro al destino y una mala jugada a la muerte, todo por hacer justicia.