La historia de un perro que pasa del amor del hogar al servicio de buscadores de oro. Los instintos primitivos de Buck vuelven tras una serie de sucesos que le ocurren cuando lo ponen a tirar de un trineo en el Yukón durante la fiebre del oro que tuvo lugar en el siglo XIX en el Klondike durante la cual los perros de tiro se compraban a precios elevados.
A mi me pareció un libro para reflexionar sobre el maltrato animal ,dado por todo lo que tubo que pasar Buck hasta llegar a ser un perro salvaje
Es interesante ver como Buck, que en un inicio era un perro con una vida tranquila, asumiendo su rol de líder, se ve obligado a dejar a un lado su moral y ética para poder sobrevivir. Comete actos como el robo o "peleas sucias" para adaptarse a esa cruda nueva realidad, cambiando totalmente su forma de ser. "Su aprendizaje, también llamado su regresión" Fue una frase notoriamente profunda. Buck tuvo que desconstruirse, desaprender todo lo aprendido para poder llegar a conocerse a sí mismo desde sus raíces, conectándose con sus antepasados y sus instintos más primitivos, que le dieron las herramientas necesarias para lograr la agilidad, ferocidad y fortaleza que se escondía dentro de él, convirtiéndose luego en una leyenda, un perro valorado por todos. Otra frase que conecta con esto es "Buck tornó a ser lo que debía ser". Él se sentía completamente libre siguiendo sus instintos y viviendo esa realidad salvaje. Lo disfrutaba y podía sentirse en su lugar. Esta novela también deja la reflexión de que, en las situaciones de la vida hostiles uno puede aprender, puede conocerse y ver sus límites y capacidades, teniendo la oportunidad de superarse y llegar a ser una persona más fuerte de lo que en un principio se cree. Es un libro cortito, me gustó su desenlace, la historia y las enseñanzas metafóricas que posee.
Maravillosa novela de aventuras, donde el espíritu humano se ve reflejado en la naturaleza del can. La llamada al origen; la búsqueda de la libertad. "Y entonces es cuando Buck siente la llamada inconfundible y clara. También él levanta el hocico y aúlla [...] La manada se pone en pie y se interna aullando en pos de ellos, por la selva madre. Buck les acompaña saltando junto al hermano de los bosques y coreando con su voz el cántico salvaje de la llamada."
Justificaba su existencia, lo más que puede hacer la vida, pues ésta alcanza su intensidad máxima cuando ejecuta aquello para lo que ha sido creada.