Milán, 1498. El rostro de Joachim Behaim, un honesto comerciante alemán que acaba de llegar a la ciudad, servirá a Leonardo da Vinci para representar el rostro de Judas en su Última cena para Santa María delle Grazie. Desde ese momento, la vida de Joachim cambiará para siempre...
Leo Perutz nos muestra esta novela a Leonardo da Vinci como el artista que podía llevar a la exasperación a su patrones. ¿Es el rostro realmente el espejo del alma? al parecer Leonardo lo creía así, y busca "al hombre más malvado de todo Milán, ando tras él para dar a ese Judas sus rasgos", mientras no lo encuentre no podrá terminar su pintura de "La última cena". Y hay que decirlo, Leo Perutz es un maestro...