Había una osa que regentaba una pequeña posada para animales. ... Diáfana, fulgurante, impredecible, auténtica maravilla de estilo, El hotel de los animales fluye con gracia y convicción, entonada por una voz poética que no permite dudar jamás acerca de lo que cuenta
Me gustó. Es un libro distinto a los que he leído porque los protagonistas son animales pero me cautivo por la narración de los pensamientos y diálogos que se generan en torno a las situaciones que experimentan.
La primera impresión es que "El hotel de los animales" parece ser un libro simple... es más, uno no sabe bien cómo abordarlo. Pero leyendo y re leyendo, analizándolo en profundidad, nos encontramos con una novela peculiar, llena de poesía, bellamente escrita y que requiere de un esfuerzo para encontrar el sentido escondido detrás de la floritura y la puntillosidad del lenguaje. Una lección sobre el arte de narrar.
El presentimiento de otro destino está todo el tiempo allí, en cada piedra redonda o plana con la que tropieza el arroyo, en cada arbusto, árbol o saliente de roca mohosa por debajo de las cuales el arroyo pasa, (...)