Hemos alcanzado un punto de la evolución humana y divina en el que debemos recordar todo lo previo para comprender todo lo que va a seguir. Aquí, el influjo de Arriba y el esfuerzo de abajo se encuentran en un punto luminoso que proyecta sus rayos tanto hacia atrás, sobre el pasado inmemorial, como hacia adelante, sobre el futuro infinito.