Crónica generacional, El cielo de Madrid es también una reflexión sobre la búsqueda de la felicidad, que para el protagonista-narrador y sus amigos simbolizan el cielo de la ciudad y el que hay pintado en el techo del bar en que se reúnen todas las noches. Julio Llamazares firma una historia que parece más soñada que real, como la ciudad que su protagonista pinta mientras la vive.