Abandonados por las mujeres o la suerte, los protagonistas de estos relatos viven siempre en el dudoso límite que puede llevar a la salvación o a la condena. Tipos que transan droga, chicos que venden flores, diletantes, aspirantes a escritor, esperanzados, ilusos, cínicos, obsesivos, todos son ángeles caídos en desgracia, oliendo a alcohol y bebiéndose la vida como pueden.En Paternal o en Retiro, en La Boca o Sarandí; en un conventillo, un vagón de tren, una casa suburbana o un departamento de tres ambientes, los tiempos son igualmente impiadosos. Pero algo puede cambiar los tantos por un día, un par de semanas, unos meses: una mujer angélica o perversa, un paquete de cocaína, un vecino acechando en el balcón, una historia escuchada en algún bar, unas copas de más.La experiencia vivida se transforma en literatura en estos relatos que dan cuenta, con asombrosa naturalidad, del mundo oscuro del alcohol, la inclemencia de la calle, el sexo de pasillo, los vínculos rotos de un día para otro. Cuando se atraviesa lo peor, el cinismo cede lugar a la inocencia, la compasión al humor, la ironía a la ternura.
Que lindos cuentos! No había leído nunca a Pablo Ramos y este libro me encantó. "Cuando lo peor haya pasado" tiene diversos relatos, todos atravesados por la cotidianidad, el dolor, los problemas, las decisiones... Mucha situaciones que podría haber vivido cualquier persona en su interior y su contexto... Finales indefinidos, únicos, humanos, como sucede en la vida misma. Quedé atrapada en cada historia, por lo que tenía que tomar un descanso entre una y otra. Los relatos que más me gustaron, por decir algunos, fueron "El Ángel del bar", "Tal vez algún día" y "Cuaderno de hojas lisas".