Eddy de Wind llega a Auschwitz en 1943 junto a su esposa Friedel. Él es médico y ella enfermera. Allí son separados. Ella queda entre los presos destinados a los crueles experimentos médicos del Dr. Mengele; él al cuidado de los prisioneros políticos polacos. Cuando la guerra está perdida y los nazis huyen del campo con los presos que sobreviven (entre ellos su mujer), Eddy decide esconderse y esperar la llegada de los rusos. Permanece por un tiempo con ellos en el campo y allí empieza a escribir Auschwitz, última parada, donde describe la rutina diaria, las atrocidades de las que ha sido testigo y víctima y la liberación por los rusos. Pero en su texto muestra también su amor y deseo hacia Friedel.
Un cúmulo de información nueva y dolorosa junto a una profunda opresion en el pecho me dejo este libro sobre el holocausto. La motivación del autor quien fue un superviviente (<<Debo seguir viviendo para contarlo, para contárselo al mundo, para convencer a las personas de que todo esto ha sido verdad...>>) es un recordatorio de la facilidad con la que el hombre se desprende de su humanidad.