Anabel Botella ha creado un mundo tan cercano a nuestra realidad, que la novela aunque muestra el lado más mitológico de nuestra historia, nos pone al alcance de la mano los ángeles y la batalla eterna entre el bien y el mal. Hay amores que son inmortales, que traspasan todas las barreras del tiempo y del espacio. Keilan lo sabe. Ha esperado a María durante siglos. Ahora dispone de una semana para que ella recuerde quién es quiénes son: Ángeles desterrados sobre los que pesa una terrible maldición.
Romance juvenil ideal para un adolescente, María, nuestra protagonista, saca un poco de quicio por no medir el peligro, Keilan me gustó, Milkaer (¡vaya paciencia!), Yunil como guerrero es excepcional, me hubiese gustado verlo más en acción, Las gemelas (por dios Llanos, me desesperaste), un buen inicio, un buen intermedio y precipitado final.