El tintineo del hielo en los vasos, el ritmo de la coctelera, los gestos rápidos y precisos que se producen con la dosificación de los ingredientes, la transparencia multicolor de las bebidas, el brillo de los cristales de azúcar y la sal, el sutil aroma de la cáscara de limón... ¡cuántas sensaciones y cuánta magia hay en un cóctel!