Calificar:

8,0

6 votos

Sinopsis de VINIERON COMO GOLONDRINAS

Para el niño de ocho años Bunny Morison su madre es una presencia angelical sin la cual nada parece tener vida; para su hermano mayor, Robert, su madre es alguien a quien debe proteger, especialmente desde que la gripe ha comenzado a asolar su pequeña ciudad del Medio Oeste norteamericano; para su padre, James Morison, su mujer Elizabeth es el centro de una vida que se desmoronaría sin ella. A través de los ojos de estos tres personajes, Maxwell retrata a una familia y a la mujer sobre la que ésta se sostiene. Recreando con maestría el ambiente de la clase media estadounidense de principios de los años veinte, Con esta novela, en la que el autor se enfrenta por primera vez con el recuerdo de la muerte de su madre, Libros del Asteroide emprende la publicación en castellano de la obra de William Maxwell, uno de los más exquisitos autores norteamericanos del siglo XX, y el editor de escritores de la talla de Salinger, Updike o Cheever.

3 reseñas sobre el libro VINIERON COMO GOLONDRINAS

Más que nada en este libro, me ha impactado la estructura que nos presenta el autor para contar su historia. Es una forma que permite conocer sobre las perspectivas que tienen diferentes personas hacia otros de los personajes. De la misma manera, la forma en la cual se encuentra escrito el libro, permite conocer sobre la experiencia que tuvo el autor dentro del mundo literario, amén que fue editor de grandes autores. Nos cuenta el libro una parte de la historia sobre tres hombres, dos niños de 8 y 13 años, y de su padre. De la forma en la cual ellos ven el mundo dentro de un periodo de tiempo muy corto de su vida, pero que permite ver cuáles son sus rasgos, cuál es su personalidad y cuáles son sus falencias. Es una historia muy bonita, impactante y, a la vez, triste, porque el nudo de la historia se centra precisamente en ese sentimiento, del cual se va desprendiendo la forma en la cual cada uno de los tres personajes forja su carácter, se enfrenta al mundo. Siento que no debo decir nada más dentro de la reseña porque podría incurrir en el error de contar más allá de lo que se debe saber. A propósito de eso, como consejo no lean el prólogo del libro ni el resumen porque parten del detalle de la historia que puede sorprender y ello puede evitar que el libro sea mucho mejor. Vale mucho la pena leerlo.


Un libro corto e intenso a la vez. A través de tres voces distintas se cuenta el final de la vida del pilar fundamental para toda la família, la madre. Con tintes autobiográficos, el autor cuenta cómo los hijos y el padre viven la triste experiencia de perder un ser querido, hasta ahora fundamental en su existencia y como, después del suceso, pierden el rumbo de sus vidas en un momento. Se trata de un relato lleno de melancolía, tristeza y ternura, pero evitando ser un drama. Muy recomendable.


"Era probable que algún que otro individuo pasara toda la noche despierto en ese mismo hospital, atento a la contracción y expansión de sus pulmones, contracción, expansión, hasta que todo su ser se viera reducido al esfuerzo de respirar por alguna otra persona". Vinieron como golondrinas, de William Maxwell. Y así fue... hace un siglo el mundo enfermó y se tambaleó debido a otra pandemia que no distinguió entre pobres y ricos en el contagio, pero sí en la cura y en los medios sanitarios. No, no hemos inventado nada y, parece ser que, en términos generales, tampoco hemos aportado mucho. "Con una gran concentración, empezó a comerse los cereales. En ese momento, habría bastado apenas un detalle minúsculo para hacerle derramar toda su tristeza". La mal llamada gripe española (agradecer que el autor aclare que no se originó aquí, porque menudo sambenito nos colgaron sin comerlo ni beberlo), asola el Medio Oeste estadounidense y traspasa los muros de una familia acomodada. La sencillez con la que el autor nos cuenta esta historia, de un modo tan bonito y entrañable, sin grandes dramas, dando voz a tres de los cuatro miembros de esta familia donde se produce la pérdida del eje estructural y que hace tambalear sus sólidos cimientos. Y nos lo cuenta con una sencillez pasmosa que te sobrecoge el alma. "Salió de la habitación, cerró la puerta y oyó el eco de sus propias pisadas; y supo que, ahora que estaba solo, las iba a seguir oyendo durante toda su vida". Porque no hay mayor soledad que la que se siente aun estando rodeado de gente. Sin duda es el peor y más inhumano de los sentimientos, arrancando al individuo cualquier atisbo de socialización. Sentirse solo en compañía. Quienes lo hemos sentido no podemos olvidar el lastre. "Jamás hubiera imaginado que algo, una vez despojado del alma que lo identificaba, pudiera ser tan blanco y tan silencioso como esas manos". Mientras leía esta sutil historia he pensado muchas veces ¿y yo por qué nunca he oído hablar de este escritor? No recuerdo siquiera que nadie me haya hecho referencia a William Maxwell ni a su obra, y es que su vertiente escritora muy pronto quedó eclipsada por su faceta como editor de grandes autores como J. D. Salinger, Flannery O'Connor o Mary McCarthy. Muy cerca de la fecha de su muerte en el 2000, a la edad de 92 años, su obra cogió vuelo y fue puesta en valor... y es que a veces la vida es así de puñetera y los laureles, llegan tarde, pero llegan. Espectacular.


FRASES DEL LIBRO VINIERON COMO GOLONDRINAS

“Las hojas color bermellón y las hojas amarillas que se doblaban y desdoblaban sobre las cortinas dependían completamente de su madre: sin ella no tenían movimiento, ni color”


Publicado porAlejoCeron

“Lo que sucede es lo inesperado, siempre. Su abuela Morison decía que la pistola que no está cargada es la que mata a la gente”.


Publicado porAlejoCeron