VERSOS DEL PLURIVERSO

Le abono que me ha sembrado una gran duda, y por eso le concedo media estrella adicional. En estos poemas el nicaragüense Ernesto Cardenal amalgama dos mundos que para mí han sido siempre irreconciliables: por una parte está el universo íntimo y personal de la poesía introspectiva, y por el otro lado, están omnipresentes las ciencias exactas: este hombre tiene la valentía de escribir acerca de los postulados de la física cuántica, el principio de incertidumbre de Heisenberg, la teoría de la relatividad especial de Albert Einstein y meter en la misma colada sin sonrojarse a personajes políticos de latinoamérica contemporánea como Fidel Castro, el Ché Guevara o Augusto Sandino, para después venir a hablar de geología, arqueología, pintura rupestre o astrofísica y terminar comentando acerca de sus decepciones amorosas. Por eso digo que me ha sembrado esa duda: antes estaba completamente seguro de que ciertos temas científicos tan especializados no tenían cabida en el ámbito de la poesía, y ahora puedo contemplar la posibilidad, tras ver por primera vez en mi vida cifras expresadas en notación científica en un poema sobre el amor. De todas formas, estas incursiones con frecuencia lucen atropelladas e incluso forzadas, por lo que considero que su intento no es realmente exitoso (al menos a mis ojos, ya que tengo una formación científica mucho más fuerte que la poética), aparte de que con frecuencia incluye conceptos que ya han sido revaluados a la luz de los últimos avances de la ciencia y de que a menudo se pierde el hilo conductor. De todas maneras, para quien sea un poco menos exigente que yo, estos poemas le sirven para despejarse un rato, ver otros puntos de vista y en últimas, como microlecciones de física moderna para principiantes.