Es un privilegio orar por que es hablar con Dios. Es más fácil hablar o cantar acerca de la oración, que orar. La oración es a la vez una necesidad y un deber. Es un trabajo, un ministerio y un arma potente. Esparte clave de la comunión con Dios. Es el aire nativo y la respiración vital del creyente. El que confiesa que depende de Dios y espera en Él. Por todas estas razones Satanás no quiere que los cristianos oren en su vida personal, ni que las iglesias se reúnan para orar. En nuestros tiempos muchos confiesan que la oración es la parte menos desarrollada y practica de su vida. El autor nos enseña y anima para que hagamos caso de la exhortación del apóstol Pedro: "Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios y velad en oración.