Nuestra librera Paula González (Librería de Vigo) recomienda Una temporada para silbar: Una lectura magnífica, que nos ayuda a descubrir la vida de los auténticos vaqueros de Montana de principios del siglo XX. No cocina, pero tampoco muerde. Así comienza el anuncio en el que Rose Llewellyn, una viuda de buenas costumbres y disposición excepcional, se ofrece en el otoño de 1909 como ama de llaves; la frase capta de inmediato la atención de Oliver Milliron, un viudo con tres hijos y poca maña en las tareas domésticas, que la contrata para poner un poco de orden en su casa de Marias Coulee, Montana. Y así comienza también la inolvidable temporada que Rose y su hermano Morris, un dandi sabelotodo, pasarán en este pueblo de granjeros. Cuando la maestra local se escapa con un predicador, Morris se verá obligado a aceptar su puesto; sus particulares métodos de enseñanza marcarán para siempre a los jóvenes alumnos de la escuela rural.
Una historia tierna y maravillosa, que transcurre en Montana a principios del siglo XX. Una familia formada por tres hijos y un padre viudo contrata a una peculiar ama de llaves, Rose, ella se presenta acompañada por su hermano Morris, que se convertirá en el maestro del pueblo. El narrador es Paul, el hijo mayor de esta familia de granjeros. Vuelve al pueblo ya de mayor, convertido en superintendente escolar y recuerda con ternura aquellos días de la infancia y adolescencia.
Mayo/24/2020 Una novela entrañable, llena de ternura y dulzura. Me llamo mucho la atención la sinopsis, y por eso me decidí a leerlo; “No cocina, pero tampoco muerde”
Sin haber tenido ningún tipo de expectativa previa, me he encontrado con un tesoro materializado en papel. He deseado atravesar sus páginas y formar parte del microcosmos de la familia Milliron, sintiendo en ellas toda esa candidez e inocencia propia de la infancia. Esas tardes de verano interminables, de juegos y de aprendizaje, de retos e ilusiones futuras, el esbozo del porvernir... Doig bajo ese prisma de naturalidad, se centra en una etapa de la vida en la que se forjan nuestros cimientos y las relaciones angulares, a la que tarde o temprano volveremos para sentir la nostalgia de la felicidad con los nuestros. La huella impresa de aquellos que nos han marcado. Un asombroso viaje donde conectar con nuestro niño interior. Una agradable lectura con el sonido de un silbido de fondo.
Una historia maravillosa, nos recuerda a la atmósfera de Harper Lee en "Matar a un ruiseñor". Unos personajes que sin duda quedarán en la mente del lector. Una joya con una traducción impecable.