A lo largo de toda su obra, Jean Genet analiza lo que es pertenecer a una minoría. Cuenta las mil y una maneras que se inventa el orden social para imprimir la vergüenza en el corazón de los parias, y, a la par, invita, paradójicamente, a los individuos abocados al rechazo a reivindicar este sentimiento: transformar la vergüenza en orgullo permite, en efecto, que los propios parias reformulen, individual y colectivamente, su subjetividad.