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Sinopsis de UN HÉROE DE NUESTRO TIEMPO
«Se diría que hay personas destinadas desde su nacimiento a que les sucedan toda clase de sucesos extraordinarios», Un héroe de nuestro tiempo. A Lérmontov se le consideró un romántico, «el poeta del Cáucaso»; es sin duda el autor de la primera obra moderna de la narrativa rusa, Un héroe de nuestro tiempo (1840); y, si no hubiera muerto a los 27 años en un duelo, dicen los críticos que «lo tenía todo para convertirse en un gran realista». En el año del bicentenario de su nacimiento, este volumen reúne su espléndida novela sobre un héroe byroniano, «un retrato compuesto con los vicios de toda nuestra generación», y una antología representativa de su obra poética, en la que destaca precisamente, y paradójicamente, un poema cuyo primer verso dice: «No, no soy Byron».
2 reseñas sobre el libro UN HÉROE DE NUESTRO TIEMPO
Leer a Lermontov es adentrarse en lo que consideraría la verdadera naturaleza del alma humana, la eterna insatisfacción. Y la verdadera alma de la naturaleza, su capacidad de permanecer impertérrita. La una al tratar de alcanza a la otra cae en la desesperación, lo que llena su narrativa, y que llenó su alma, en la frenética búsqueda de un final, más aún si es trágico. Tal como lo demuestra en esta espiral de historias concatenadas más una especie de cubo Rubick que un puzle o una muñeca rusa, el héroe de su tiempo es finalmente ( Pechorin ) el héroe de todos los tiempos. Parafraseando a Stan Lee “ un gran poder conlleva una gran responsabilidad” y Pechorin rehuye de cualquier manera la misma, o como diría Fitzgerald “ mostradme un heroe y yo te mostrare una tragedia “ , del Romanticismo al Realismo ruso, éste es mi epílogo
Inteligente y mordaz relato de un “malo” que nos sigue retratando a todos. Muy necesario en tiempos de la tan manida “actitud positiva” ante la vida.
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FRASES DEL LIBRO UN HÉROE DE NUESTRO TIEMPO
Quien, igual que yo, haya tenido ocasión de vagar por montañas desiertas, de contemplar sus fantásticas formas y de aspirar con avidez el aire vivificador expandido entre sus precipicios, no dejará de comprender mi afán de transmitir, relatar, dibujar esos mágicos cuadros.
Os hago gracia de la descripción de las montañas, de exclamaciones que nada expresan, de cuadros que nada representan, sobre todo para quien no ha estado allí, y de observaciones estadísticas que no serían leídas absolutamente por nadie.
Causa tristeza ver a un joven perder sus esperanzas e ilusiones. , pero a un joven le queda el recurso de sustituir sus desvarios por otros igual de pasajeros , pero que sustitucion cabe a la edad de Maximich? Aunque uno no quiera se endurece el corazon y se enfria el alma
