«A sus cuarenta años, la doctora Weiss comprendió que la literatura le había destrozado la vida». Un relato lúcido, irónico y tierno sobre la contradicción entre las aspiraciones de una joven embelesada por la literatura y una vida que tiende a ser más prosaica de lo que imaginamos.
Una historia de existencias anquilosadas sumidas en la desdicha, que refleja con muchísima suavidad la melancolía de los personajes. Protagonistas que son meros supervivientes de una vida mediocre, cuyos reversos les impiden ser ganadores. Una efemérides de fracaso. La autora hace malabares consiguiendo que situaciones ridículas y dolorosas puedan llegar incluso a resultar tiernas. Puede no ser una lectura benévola por la tristeza que exhala, pero sí es una lectura de notable.
Me gustó pero no lo volvería a leer. Por momentos me pareció pesado y tuve que ponerme las pilas para terminarlo. Tiene momentos en qué uno se entretiene un montón leyendo y en otros momentos se vuelve tedioso volviendo al lector ansioso de algún evento crucial.