Esta novela es una delicia. El trabajo de investigación que hizo María Esther de Miguel fue extraordinario y rindió sus frutos. El libro es sumamente entretenido, marca el esplendor y pérdida del patrimonio de un manirroto Anchorena, sus lujos y excentricidades, a la vez que el personaje es adorable en su juventud, madurez y vejez; imposible no encariñarse con Fabián Gómez y Anchorena. La riqueza de la narración, su comicidad, todo se conjura para disfrutar de la novela.