El clásico norteamericano sobre la infancia y juventud de una hija de inmigrantes en el Brooklyn de la década de 1920.Corren los años veinte del siglo pasado. Al abrir el libro, descubrimos a la pequeña Francie sentada en la escalera antiincendios de su casa, leyendo, a la sombra de un árbol. Poco a poco, la mirada se aleja de la chiquilla para abarcar a la estrafalaria familia Nolan, que malvive en un barrio de Brooklyn. Francie crece rodeada de los libros que tanto le gustan, y pronto empieza a pedirle a la vida algo más que un triste acomodo en la mediocridad. Un árbol crece en Brooklyn es una novela en la que los personajes son tan próximos que nos duelen sus dolores, y en la que el sueño americano cobra por fin peso y color.
este libro me recordó una parte linda de mi pre-adolescencia, a la protagonista, quien vive infortunios, a corta edad logra que sea publicado uno de sus primeros escritos, esa parte fue la que me hizo recordar mi tiempo en la secundaría, debo decir que no fue una época muy bonita para mi y no por que sacara malas calificaciones, no, a decir verdad si no eras de las mejores al menos puedo decir que no era de los malos estudiantes, pero fue en esa etapa de mi vida donde una editorial visito la escuela e hizo un concurso, fue ahí donde logre ver mi primer historia corta publicada, en un libro compartido con otros jóvenes escritores, pero eso es un recuerdo muy feliz para mi, ver mi historia publicada, y fue ahí donde decidí ser escritora, por eso este libro es uno de los que guardo con más cariño, en algo me identifique con esa pequeña protagonista....
Después de ver los titulares, me esperaba más.Historia sencilla bien escrita ...pero que no ha llegado a conectar del todo conmigo. Principios del s.XX...la familia Nolan vive en Brooklyn, intentando sacar a sus hijos adelante.
...Qué prodigio. Poder hacer con un pincelito y de un sólo trazo una marca negra, tan frágil como el ala de una mariposa. He aquí el misterio de Oriente en Brooklyn..." Ha sido un libro maravilloso. He crecido, reído, sufrido, aprendido y amado con la protagonista. Los capítulos son cortos y súper fáciles de leer.
Un árbol crece en Brooklyn. Betty Smith. Un proverbio hindú dice que una puede aprender mucho con sus maestros, más con sus colegas, pero es todavía mayor el aprendizaje obtenido con nuestros alumnos. En mi intercambio constante con ellos, y en medio de esta dinámica intensa que supone mostrar las bondades de la literatura a una generación que nació y creció inmersa en códigos binarios, me he encontrado sorpresas interesantes, tesoros ocultos en almas curiosas, cuyo acercamiento a la lectura viene de las más variadas fuentes. Una de esa sorpresas vino de la mano de una alumna con quien tuve una amena disertación sobre narrativa transmedia, clásicos literarios y por qué leer literatura en el siglo XXI. Hablábamos de aquello que hace que un texto trascienda la barrera del tiempo y se convierta en clásico, cuando me propuso la siempre alegre tarea de compartir la lectura de este texto de 1943. Un árbol crece en Brooklyn es una lectura amena, muy distante de la estridencia de la vida moderna. Es un viaje, con todas sus letras, que abarca un fragmento en la existencia de Frances Nolan, hija de inmigrantes llegados a Brooklyn en los años 20, y las circunstancias que le tocó vivir, a ella y a su familia, en medio de la pobreza y la falta constante de recursos económicos.Más allá del relato aparejado al tema de la migración, Betty Smith retrata el espíritu humano, a través de su personaje principal, casi autobiográfico, pero también de aquellos que la acompañan. Familiares, amigos, amores, todos participan de esa suerte de radiografía a una sociedad que apenas se configura y en el que el reparto de papeles pareciera estar determinado, desde siempre, por condiciones económicas y sociales.El colofón de la lectura viene dado por la fortaleza de los personajes femeninos, centrales y bien caracterizados, sobre cuyos hombros descansan las penas pero también las alegrías, por escasas que pudieran ser, que dan luz y color sus vidas.
Un libro muy bello y ligero de leer... Se lee rápido porque la narración es muy interesante y amena. Me gustó mucho.
Hay que mirarlo todo como si fuese la primera o la última vez. Así tu paso por la tierra estará repleto de dicha.
A partir de entonces el mundo se hizo suyo a través de la lectura. Nunca más se sentiría sola, nunca más añoraría la compañía de un amigo querido. Los libros se volvieron su únicos aliados.