ULTIMAS TARDES CON TERESA

El drama de la inmigración en Cataluña a mediados del siglo XX queda espléndidamente plasmado en esta obra que Marsé escribe de forma personal e íntima. Nos regala una profunda introspección y en algunos tramos de la obra resulta difícil visualizar todo el alcance de su mundo interior. Concepto de conformismo según la RAE: Actitud o tendencia de la persona que no se conforma con lo establecido y lo rechaza. Manolo Reyes , el “Pijoaparte”, figura principal de Últimas tardes con Teresa, encarna la negación ante el propio destino, cuando éste ha sido dibujado por las circunstancias del contexto social en el que le ha tocado nacer. Inmigrante y sin recursos sobrevive como puede, y su única aspiración de vida es conseguir traspasar la línea que le separa de otro mundo, aquel en el que si tienes, puedes. “Pijoaparte”, “charnego”, “murciano”…. jerga despectiva utilizada para etiquetar al que no pertenece al círculo de los privilegiados, personas ante las que blindarse herméticamente. La historia de Manolo y Teresa transcurre en medio de las dos Barcelonas que se miran cara a cara durante la postguerra, la burguesa y la marginada. Realidad que puede hacerse extensiva a todas las sociedades del mundo y a cualquier momento de la historia, una verdad universal. Deliciosa novela para reflexionar sobre la desigualdad de oportunidades que ha pasado a formar parte de la constelación clásica de nuestra literatura. Premio Biblioteca Breve de novela 1965

Es en ocasiones demasiado densa y algo pretenciosa, pero por otra parte es una certera radiografía de la sociedad de la época (mediados de los años 50del siglo pasado) los ricos burgueses catalanes de pura cepa y la clase baja, hijos de la emigración, personajes muy bien dibujados, sobre todo los protagonistas, la pija con inquietudes y el proletario guaperas y ambicioso que no se resigna a su destino y condición, un clásico moderno vamos.

¡Qué gran descubrimiento!

El Pijoaparte,protagonista de esta novela, es uno de esos raros y afortunados personajes de ficción que han venido a incorporarse a la imaginación colectiva y al lenguaje común, como representación magistral de un tipo de la clase baja y marginada que posee, con los atractivos de la juventud, el descaro y la aspiración de realizar un sueño de prestigio social concretado en Teresa, la hermosa muchacha rubia, estudiante e hija de la burguesía. La historia de amor de la niña de buena familia y el joven charnego enlazará todo un mundo de hampones y burgueses, criadas e hijos de papá progresistas que configuran esta novela a la vez romántica y sarcástica, dura e ideal, galardonada con el Premio Biblioteca Breve en 1965 y publicada ahora con las últimas correcciones de su autor.

"Últimas tardes con Teresa" no es una historia de amor. A pesar de que el rosa de la portada y la juventud de los personajes pueda dar pie a centrarse en su sexualidad y amoríos, la novela está muy alejada de ñoñerías varias. No empalaga en ningún momento. Tiene mucha más cabida la crítica social, el retrato del ambiente quinquillero de mediados de los 50 en Barcelona y la humanidad de los personajes. Es una buena historia para contarle a un colega en un café. Pero aunque te cuenten la trama, no es comparable con leer la novela por una misma. Aunque hayan pasado muchos años desde su publicación creo que no ha envejecido ni un ápice. Estoy convencida de que siguen (y seguirán) existiendo Pijoapartes, Marujas y Teresas a puñaos. También de que las relaciones entre ellos y sus entornos seguirán siendo muy parecidas a las que Juan Marsé describe aquí. Reseña completa en: https://denmeunpapelillo.net/ultimas-tardes-con-teresa-juan-marse/

Barrio del Carmelo, Barcelona, 1956. Manolo Reyes, el pijoaparte, un ratero charnego de barrio, inicia una relación con Teresa Serrat, una burguesa catalana rebelde. Esta novela es un muestrario de las diferencias sociales y culturales en una Barcelona en la que no parecen caber los mestizajes sociales. El autor llama murciano al pijoaparte; así es como llamaban a los emigrantes de otras partes de España que llegaron a Barcelona aprovechando los puestos de trabajo para construir el metro y los pabellones de la exposición Universal del siglo XX. Este libro parece una oda a la autenticidad de lo venido de fuera, al valor del inmigrante pobre que lucha por subsistir en un hábitat que no es el suyo. La historia está bien, aunque Marsé tiene un estilo un tanto barroco; corre uno el riesgo de perderse en un potaje de descripciones emocionales y sociales.

Mis quince años, un libro q en ese momento me encantó

Marsé hace uso y abuso de su oficio de buen escribidor. Su personaje hace uso y abuso de su habilidad de truan, un macho gamberro murciano en la europeizada Barcelona, que cae en los dulces halagos del amor de una princesa, para él, extraterrestre. A ratos exagera en descripciones.