Muy buena novela ambientada en una lejana geografía pero que trata problemas cercanos y actuales: el desencanto con la política y la incomodidad de habitar un cuerpo extraño. Si no encajar en una sociedad conservadora es difícil, ser extranjero en un país bajo alerta antiterrorista, lo es mucho más. En esas circunstancias, el protagonista deberá elegir cuál identidad defender y ejercer y en qué lugar hacerlo: su elección sexual en la tierra prometida o su rol como ciudadano en su propio país. Son varios los temas que aborda el autor en esta aparente historia de amor no correspondido: los mandatos familiares, la religión, la soledad, los privilegios de la clase alta, la violencia estatal, la identidad de género y los sueños de libertad. Todo dentro del contexto en el que se desarrollan los hechos, con términos en su idioma original cuya traducción se encuentra en el glosario al final del libro y que permite comprender una cultura extraña a occidente.