Hay muchas formas de jugar con las palabras, y los trabalenguas son una de las más divertidas.Además de provocar risas y sonrisas, los trabalenguas son ideales para practicar la dicción, es decir, la forma de pronunciar y, en consecuencia, para hablar con rapidez, precisión y sin temor a equivocarse.En este libro encontrarán complicadísimos (y no tanto) trabalenguas para jugar solos o con amigos, acompañados de ilustraciones para que, si quieren, también puedan pintar.Pero, además, por si tienen ganas de reírse, también tienen los mejores chistes para compartir con los amigos.