TODOS LOS CAMINOS ESTAN ABIERTOS

La selección de textos que conforman esta maravilla de librito, me han parecido inteligentes y de una intensidad cautivadora. Sobre todo, me ha gustado, por las espléndidas imágenes y la gran sensibilidad que despiertan las hermosas descripciones sobre la cultura y los paisajes de estos lejanos países, a través de la mirada de Annemarie, reflejando, también un sentido doliente de la existencia. Incluye reflexiones sobre el hecho de viajar, descripciones bellísimas, inteligentes consideraciones y fragmentos cargados de pura poesía. Un trayecto irrepetible, a través de un mundo irremediablemente abocado al cambio. El seis de junio de 1939, dos escritoras y viajeras suizas salieron de Ginebra, rumbo a Oriente y a la aventura, en un coche Ford Roadster de dieciocho caballos, matrícula GR 2111, propiedad de Annemarie. Ella Maillart y Annemarie cruzarán los Balcanes, Turquía, Irán y Afganistán, ambas han dejado testimonio de este viaje. Maillart en el libro “La ruta Cruel”, que también he leído, y Annemarie en este libro, “Todos los caminos están abiertos” y todo ello, mientras en Europa, estalla una guerra virulenta. En estos textos, se refleja perfectamente, el deseo imposible de fuga, marcado por la tragedia de la guerra, de una Annemarie, que encontraba en la escritura, la única manera de combatir la angustia. En el libro hay un maravilloso posfacio de Roger Perret, que explica e incluye la gestación de este insólito viaje entre Ella Maillart y Annemarie, recién salida de una clínica de Yverdon, sometida a un tratamiento de desintoxicación, para abandonar su adicción a la morfina, también nos haba de sus encuentros para preparar esta complicada aventura, así como, el recorrido que van realizando las dos viajeras y las diferentas que las obligaron a separarse, siguiendo caminos diferentes. El regreso de Annemarie y la idea del viaje. Muy esclarecedor.