El filósofo austríaco Josef Seifert pretende resolver en este libro el nudo gordiano que está en el origen de la filosofía idealista que, comenzando en realidad con Descartes, madura en Kant y llega a sus últimas consecuencias con Hegel y Marx: las antinomias o paradojas que, para Kant, dejarían en evidencia que el mundo que captamos en nuestra mente no es real. El problema de las antinomias condujo a Kant, según él mismo dijo, a establecer su idealismo trascendental. El filósofo alemán calificaba de “escándalo de la razón pura” las contradicciones que creía encontrar al meditar sobre el continuo espacio-temporal, la composición de la materia, la libertad humana y la existencia de un ser necesario. Seifert asegura que lo que Kant plantea no son auténticas antinomias: ni la razón ni la realidad encierran contradicciones. Para probar su tesis, apoyándose en una fenomenología realista, Seifert distingue las antinomias de las aporías y de las paradojas lógicas, centrándose en el examen de la aparente oposición entre causalidad natural necesaria y libertad humana, y de las otras tres presuntas antinomias. La conclusión de Seifert es que Kant se equivocó al considerar estas paradojas como irresolubles.