Si la segunda parte de Cántico por Leibowitz y la mujer Caballo Salvaje se trata de la oposición entre la iglesia y el poder secular en las inhóspitas tierras de las montañas Rocosas, habitadas por los nómadas. San Leibowitz se enfrenta (o tal vez colabora) con la mujer Caballo Salvaje en las visiones del protagonista, el hermano Dientenegro, obligado a viajar por un continente dividido por la naturaleza, la política, la guerra y la religión. Dientenegro participa casi involuntariamente en las intrigas y conspiraciones del cardenal Ponymarrón, para ser testigo de rebeliones, asesinatos y sacrificios humanos y, también, para conocer el pecado, que hasta ese momento la vida monacal ha mantenido a raya. Picaresca y apasionada, magnífica, sombría y asombrosamente real, San Leibowitz y la mujer Caballo Salvaje es un relato brutal, brillante y cautivador, lleno de misterio, misticismo y arrebato divino: Un nuevo clásico que perdurará en la memoria del lector.